Vendedores ambulantes, comerciantes y transeúntes hacían loas a Margarita, quien les reciprocaba el gesto con una sonrisa y un beso en la mejilla.
Hubo un momento en que la doctora Margarita Cedeño de Fernández, se acercó a un punto de ventas de frutas y vegetales y la propietaria, Rufina Fermín, prácticamente quedó sin habla; en un efusivo abrazo sólo pudo decir: “doña Margarita, no lo puedo creer”.
Alrededor de las 4:15 de la tarde, Margarita llegó a la calle 179 con Avenida Saint Nicholas; de inmediato cientos de militantes y simpatizantes del Partido de la Liberación Dominicana que de manera ordenada iban aglomerándose desde temprana horas de la tarde.
