Efectivos policiales dispersaron la tarde de este jueves con bombas lacrimógenas a la multitud que asistía al entierro de Junior Javier Minaya Germán, alías Gilbert, en el cementerio Cristo Redentor.
Luego de lanzar la primera bomba, la Policía entró primero al cementerio, luego condujo el ataúd dentro y tiró otra bomba para que nadie se acercara.
Posteriormente comenzó a sepultar el cuerpo con la zona totalmente rodeada de efectivos Swats con armas en las manos.
Los empujones y lágrimas, productos de las bombas, son notorios, lo que hace difícil realizar el trabajo de los medios de comunicación. Posteriormente, los familiares y amigos del occiso pudieron penetrar al lugar a darle el último adiós.
A pesar de los hechos, la madre del occiso había solicitado a la jefatura policial que no enviarán agentes al entierro para evitar enfrentamientos.
Horas antes, entre música, lágrimas y bebidas alcohólicas, familiares y amigos se preparaban para darle cristiana sepultura a los restos de Gilbert, muerto por la PN en un supuesto intercambio de disparos.
“Se fue, mi hermanito se fue”, es la canción del reguetonero Eddy D que los familiares y amigos del occiso cantan a caro mientras los restos del occiso son llevados al cementerio Cristo Redentor. También se escuchan salsas.