Por Juan Saint Hilaire
Santiago.- Con la actitud de un adolescente rebelde que se conduce con inmadurez frente a la sociedad, así mismo, refleja su intolerancia el recien electo presidente de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santiago (ACDS) Carlos Manuel Estrella, al oponerse a que el Salón de la Fama del Deporte de Santiago eleve a la inmortalidad al legendario periodista Domingo Saint Hilaire hijo.
La posición al respecto por parte del flamante ejecutivo, constituye un acto de pura represalia con el desagradable y único propósito de perjudicar a las personas que no le favorecieron con un voto en las pasadas elecciones acedeistas.
El licenciado Estrella, con el intento de bloquear la moción que procura la exhaltación de Saint Hilaire, envía un mensaje que trae consigo una clara imposición de que hay que obedecer todos sus designios arbitrarios, que lo convierten el amo y señor de los cronistas de esta ciudad.
Como un aporte que sirve para recordar o ampliar el conocimiento de todos y del propio Estrella, la trayectoria periodistica de Saint Hilaire data desde principio de la década de los cincuenta y es harta conocida en la República Dominicana como expedita, incuestionable e incansable, además, los que conocen al dedillo el ámbito deportivo le confirman méritos más que suficientes para ocupar un lugar en la inmortalidad del referido gremio.
En el 2010, Estrella hizo un programa televisivo en el cual destacaba lo gloriosa que había sido la carrera de Saint Hilaire, sin embargo, hoy día su parecer es distinto.
Más allá de este caso en particular, los caprichos de Estrella trascienden los límites de la ACDS. En la primera oportunidad que tuvo de ejercer su incontrolable fuerza, en calidad de director de prensa del baloncesto de Santiago y como una manera de recompensa, impuso en puestos dentro del torneo a varios de los que le favorecieron con un voto en las mencionadas elecciones.
Un dato para ilustración de los lectores es que, a quien suscribe se le acercaron con ofrecimientos de trabajo para el referido torneo en procura de que cambiara la decisión de voto, constituyéndose en una acción inmoral y deshonrosa.
Bajo el entendido de que estas lineas provocarán medidas disciplinarias o quizás mi expulsión, lo más indignante de todo, es que, los colegas que están al tanto de la situación no dicen esta boca es mía y se convierten en complices por omisión, porque reciben mamilas o teteras (comerciales de radio y tv, trofeos y dinero en la premiación, cargos de relaciones públicas, etc.) con el claro objetivo de silenciarlos.
No quisiera pensar que lejos de funcionar, como entidad que auspicia y protege a los que entendemos que un trabajo digno, responsable y serio es suficiente para hacer vida en el deporte, la ACDS se haya convertido en un organismo de prebendas con características de un cártel profesional que sólo beneficia a un reducido grupo de su membresía.
La premiación de los cronistas se acerca y escucharemos otra vez: vota por mi que yo votaré por ti.