Por: Carlos de San Juan
Ni con la famosa grúa que anuncian cuando el manager se lleva un pícher, en el béisbol dominicano, lograra levantarse el Varón de la bachata.
Antes se le escuchaba por donde quiera, le decían el arroz blanco, pues era fácil de encontrarlo, en dial de cualquier emisora, pero ahora no suena ni en los centros espiritistas.
Su arrogancia lo elevo a un pedestal donde se creía un dios de esos que habitaban el Olimpo, pero se le olvido que era uno más del medio, que si sonaba era porque tenía un buen padrino.
Ahora anda buscando volver a pegarse, tratando de colocar un tema, pero tendrá que hablar muy claro con los locutores que tanto desprecio.
Eso de que el nuevo tema está siendo pedido por la gente, es un invento de un amigo de Mao.
El imitador solo le queda un camino de seguir como va y es coger su mocha para que se ponga a desyerbar.