El sistema es muy sencillo ya que consta de una serie de mecanismos que están instalados alrededor de la casa.
Cuando un terremoto es detectado, un sensor responde inmediatamente (en un período no mayor a un segundo) activando un potente compresor, el cual inyecta una capa de aire por debajo de la casa haciéndola flotar a unos tres centímetros de sus cimientos reforzados.
Mientras ocurre el temblor, los sistemas de gas, agua, alcantarillado y de energía eléctrica no se ven afectados ya que operan por medio de tuberías flexibles.
El requisito para que este mecanismo funcione es que sea una casa construida mayoritariamente de madera. Todo esto es controlado por unas válvulas de flujo de aire que la mantienen estable mientras flota.
Al terminar el movimiento telúrico, regresa a su posición original.
Al terminar el movimiento telúrico, regresa a su posición original.