Como consecuencia de la aplicación de la “ley seca” en todo el territorio norteamericano en 1928, llegan al país los maestros y químicos cerveceros Henry C. Gronau y su hijo Henri William (Jaime). Forzados por el cierre de las empresas cerveceras de Puerto Rico, específicamente la ”Corona Brewing Corporation” la cual la ley afectaba por igual.
Ellos que trabajaban en dicha empresa; se vieron obligados a tener que cerrar la empresa y venir a República Dominicana, fundan en el país la Cervecería Nacional Dominicana. Fabricando en principio las cervezas Colón y Reina, al igual que de la malta Corona, Don Henry Gronau y su hijo Jaime, como su ayudante.
Años después,Gronau prepara una cerveza muy especial y busca un nuevo nombre para ella. No quería ponerle uno relacionado con “Colón”, ya que desde aquel entonces, la gente tenía la creencia de que la simple mención del “Almirante” traía mala suerte.
Una noche, estando Don Jaime en la cervecería, recibe la visita de un amigo, el entonces Coronel Felipe Ciprián (Larguito), quien estaba de servicio en la Estancia Ranfis y cruzó a saludarle. La cervecería quedaba en la avenida Independencia – donde estaba Radio Patrulla-, y al frente estaba la Estancia Ranfis- donde hoy está la Secretaría de Relaciones Exteriores, en la que vivía el generalísimo Trujillo con su familia.
Aprovechando la visita de su amigo, y a la vez, motivado por la cercanía de trato que éste mantenía a diario con el “Jefe”, el Sr. Gronau le preguntó al Coronel “Larguito” que le parecía el nombre de “Presidente” para la nueva cerveza, y si a la vez, ésto halagaría a Trujillo. El coronel le respondió: yo voy a consultar eso con el “jefe”, y tan pronto tenga una repuesta te la comunico”.
Efectivamente, al día siguiente el Coronel Ciprián le informó a Don Jaime que había hablado con Trujillo y que éste acogía con beneplácito la idea de que la nueva cerveza llevara ese nombre.
Hasta el día de hoy, algo más de siete décadas después y ya desaparecido Trujillo, los dominicanos estamos tomando una cerveza-que es por cierto, de la favorita en el mercado-, cuyo nombre se concibió en honor al Generalísimo.