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LOS ALEMANES EN SOSUA...

LA SECTA APOCALÍPTICA O CRIMINAL ?
La secta había construido una fortificación que permitiera a sus miembros albergarse cuando ocurriera un supuesto cataclismo que ellos estaban esperando para diciembre de 2012, siguiendo las predicciones mayas, y se preparaban militarmente para defender su recinto cuando se produjera el caos esperado.
El grupo tiene una mezcla de creencias que incluye budismo, cultura maya, Sai Baba, cristianismo y la existencia de extraterrestres, información que según ellos es ocultada por las grandes potencias mundiales y los medios de comunicación.
Los miembros de la secta vivían aislados en esa fortificación, compuesta por unas 20 viviendas de lujo en Sosúa, Puerto Plata. No permitían personas ajenas a la organización y llegaron a repeler varias veces a autoridades policiales y militares.
La secta se hace llamar “The Academy For Future Health” (Academia para un futuro saludable) y se identifica con las siglas AFFH. 
Es liderada por el alemán Peter Brunk, cuyo dominio sobre sus seguidores y control mental era tal que ahora es comparado al que ejercía David Koresh sobre sus adeptos y que en 1993 pasaron del anonimato total a ser el centro de atención mundial cuando el FBI intentó penetrar a su rancho conocido como “Monte Carmelo” y enfrentaron a tiros a las autoridades, y al sentirse acorralados incendiaron las instalaciones con todos ellos adentro. Esta tragedia ocurrió en la ciudad de Waco, Texas.
Casualmente, uno de los alemanes detenidos informó que el grupo tiene una propiedad en la ciudad de Corpus Christi, Texas. El grupo ya había tenido varios incidentes violentos con las autoridades, pero había pasado desapercibido para la mayoría del país, aunque no para los vecinos, que se quejaban del sectarismo de los habitantes de la llamada “Colonia Mulata III”, en Sosúa.


Conflicto familiar

Hace cinco años uno de los hijos de Brunck se separó de la secta por problemas personales y denunció en Alemania todo lo que hacía el grupo. Eso provocó que allá se iniciara una investigación y periodistas fueran a República Dominicana para realizar un reportaje de investigación.
Ante la imposibilidad de acercarse a la fortificación los periodistas alemanes lograron que un helicóptero de la Fuerza Aérea sobrevolara el área, pero la aeronave fue atacada a tiros por parte de las personas que estaban confinadas en el complejo de lujosas viviendas. En diciembre de 2006 dos desconocidos encapuchados a bordo de una motocicleta dispararon contra Brunck, logrando sobrevivir porque en ese momento tenía puesto un chaleco antibalas.
Otro incidente ocurrió la semana pasada, cuando militares al servicio del Ministerio de Medio Ambiente intentaron entrar a la propiedad ante la denuncia de talas no autorizadas. Los agentes fueron repelidos a tiros. Esto provocó que otra unidad policial acudiera al lugar y se produjo el tiroteo en el que murió el ciudadano alemán y resultaron heridos tres policías. Las autoridades afirman que el fallecido, un antiguo piloto de Swiss Air, era el jefe de seguridad personal de Brunck. 



Armas y presunto tráfico de órganos

Una de las razones por las que el cabecilla del grupo tiene una orden internacional de captura es porque se le vincula al tráfico de órganos, pero en Sudáfrica. Allí la secta tenía dos funerarias que daban servicio de refrigeración a los cadáveres, el cual era utilizado porque muchas veces los familiares de los fallecidos tenían que atravesar grandes distancias. Se le atribuye que utilizaban los cadáveres de recién fallecidos para extirparles órganos y venderlos ilegalmente.
La Fiscalía de Puerto Plata, donde se ubica Sosúa, detalló que en la casa de Brunck fueron hallados 6 fusiles de asalto M-16, un fusil SIG 552 comando con mira telescópica, 5 escopetas, un rifle Winchester y 3 pistolas con luz infrarroja, entre otras armas de fuego. Además, varias ballestas tipo arco, trajes camuflados, 7 chalecos antibala, un vehículo blindado, una ambulancia y sofisticados equipos de comunicación.
La casa del ciudadano alemán Peter Brunck, situada en una colina dentro del perímetro del complejo residencial custodiado por seguridad privada, cuenta con piscina y un polígono de tiro bajo techo. El Ministerio de Interior y Policía, encargado de aprobar y emitir los permisos de porte de armas de fuego, desconocía que en la residencia de Brunck había un polígono de tiro.
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